Las islas siempre han sido metáfora de alejamiento. Piénsese en una isla exuberante, bordeada de arrecifes y con playas de arena que casi brillan con el sol tropical.
De la belleza natural de Tonga no cabe duda. Tú elegirás aquí el ritmo de tu aventura, ya sean vacaciones de sol y arena, natación con ballenas jorobadas, senderismo en el bosque pluvial o tumbarse sin más en la playa. Si desechas toda idea preconcebida y te ajustas el paso al ritmo lento de la vida isleña, Tonga, en el corazón del Pacífico Sur, te encantará.